Marta y Alberto, una slow wedding asturiana en el Palacio del Marqués de Casa Estrada.

Marta y Alberto celebraron su boda un inusual viernes. El lugar elegido fue el Palacio del Marqués de Casa Estrada en Asturias, del que Marta se enamoró nada más ver el entorno natural que rodea al complejo. Ella quería un sitio con “verde, mucho verde a nuestro alrededor” y que no estuviese muy visto. Había muchos espacios a los que ya había ido a bodas de amigos, pero tuvo muy claro que “¡éste era el nuestro!”.

De los momentos más especiales de la boda, Marta recuerda con cariño “vivir todos los preparativos junto a mi madre y mi pequeño Pinón”, su perro Yorkshire, el otro amor de su vida como ella misma confiesa. Durante toda la mañana Marta y su madre disfrutaron de los previos de maquillaje y peluquería en la alcoba nupcial del Palacio, mientras que Alberto, también junto a sus padres, se hospedaba en la casita rural que se encuentra dentro de la finca. Aunque si hay un momento a resaltar, de todos esos que se agolpan ya en el recuerdo de la pareja, Marta se queda con el momento en el que por fin caminada del brazo de su padre hacia la ceremonia. Un instante que confiesa lo habían soñados juntos muchas veces.

Fotos, cortesía ©Martín Valle Fotógrafos

Marta vio realizado su sueño de caminar del brazo de su padre hasta el altar; y de compartir el día de la boda junto a su mascota, a la que adora.

Fotos, cortesía ©Martín Valle Fotógrafos

Una ceremonia al aire libre, verde y con un espectacular círculo de flores tropicales.

Ese deseo de celebrar una boda rodeados de verde se convirtió en el leitmotiv de la decoración floral. La ceremonia civil se ofició al aire libre en uno de los jardines y con las montañas asturianas de fondo. Un espectacular círculo floral ejercía de wedding backdrop. El marco ideal donde se dieron el “Si quiero” en una ceremonia que los novios recuerdan como “muy bonita e indescriptible. Hubo mucha emoción, muchos gestos de complicidad y muchas risas también”. Algo que, sin duda, ha quedado plasmado en las fotos de Martín Valle Fotógrafos. Por supuesto, el pequeño Pinón no se perdió la ceremonia… Estuvo atento desde la primera fila, y hasta protagonizó la anécdota de la salida, cuando ya se soltó de los brazos de su acompañante y corrió hasta Marta y Alberto. ¡Si es que las mascotas son un amor!

El cóctel también se realizó al aire libre, amenizado por un trío de jazz en directo. El tema de la música era algo muy importante para la pareja, quienes son unos locos de esta; de ahí que escogieran muy bien todas las piezas que sonarían en los momentos claves. Durante el cóctel no faltó un buen culín de sidra de la tierra, y para el menú de la cena platos de la cocina tradicional asturiana con toques creativos, de la que amigos y familiares disfrutaron.

Fotos, cortesía ©Martín Valle Fotógrafos

¡Hacerme el vestido de novia fue una experiencia 100% recomendable!

Fue durante un viaje a Sevilla cuando Alberto le propuso matrimonio a Marta; quien en ese mismo momento tuvo claro que para su vestido de novia elegiría a la diseñadora Alicia Rueda: “Estudié diseño de moda, por eso tanto el patrón como el tejido de mi vestido estuvieron clarísimos desde el inicio. Aparecí por su estudio junto a mi madre, con mis bocetos y un listado de las cosas que quería y que no quería en mi vestido y a Alicia le fascinó que lo tuviese todo tan claro. Las premisas eran un vestido tipo esmoquin donde el escote del cuello tuviera un papel fundamental. Cuando hicimos la primera prueba del vestido ocurrió algo mágico… ¡El vestido sería asimétrico y cada hombro diferente!”.

Y así es el vestido de novia de Marta, un original e inusual diseño de vestido esmoquin de cuello asimétrico confeccionado en crepé, manga francesa y doble botonadura (con botones joya) en el frontal. En la espalda destaca un precioso vaciado adornado con un delicado encaje, y una pequeña cola redondeada. El beauty look acompañó el glamour que desprendía Marta en su boda, con un peinado en ondas asimétrico y maquillaje de labios rojos, a juego con la manicura. Sandalias metalizadas, unos maravillosos y originales pendientes (regalo de su madre), y un gran ramo de novia con proteas, completaban el bridal look de Marta.

Para su look de novio Alberto elegía un traje de tres piezas confeccionado a medida en una sastrería. Como curiosidad, Marta tuvo la oportunidad de hacer parte del chaleco del novio ella misma.  Sin duda, un detalle super especial para esta boda tan bonita.

Fotos, cortesía ©Martín Valle Fotógrafos