Apenas y hay un par de imágenes oficiales y un contado número de Instagram Stories filtrados, pero aún así la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam se ha convertido en la royal wedding más esperada. La hija de Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi ha optado por una boda discreta y bastante Pinterest en la que ni las fotos oficiales llegan a trasmitir ese glamour del que tanto presume el Principado… y del que aún viven por vieja herencia.
De aquel matrimonio del siglo entre el Príncipe Rainiero con la gran actriz de la época Grace Kelly, a la preciosa primera boda de la Princesa Carolina de Mónaco, o la recordada “princesa triste” como se llamó a Charlène de Mónaco, de quien se dice intentó huir hasta en tres ocasiones de las pompas de su enlace real, las últimas bodas en Mónaco distan mucho. Está claro que para gusto los colores y que, en muchas ocasiones, sencillamente, hay bodas que no resultan inspiradoras. Pero vamos por partes, que me voy por las ramas. Eso sí, aviso que este post va un tanto a contracorriente de opiniones mayoritarias. Y es que esta celebración ha sido más estándar y corriente de lo que imaginas, y de lo que digan.
Carlota Casiraghi y las referencias a su abuela Grace Kelly en los dos looks de su boda.
Carlota Casiraghi con vestido de novia de Yve Saint Laurent (Fotos ©Félix dol-Maillot)
«Inspirado en el vestido de novia de Grace Kelly»
¿Cuántas veces hemos leído ese titular o comentario tras cualquier boda de la realeza, aristocracia o celebritie? Kate Middleton, Alessandra de Osma, Miranda Kerr o Nicky Hilton de Valentino son algunas de esas novias asociadas a este icónico vestido. Es un hecho irrefutable: el vestido de novia de Grace Kelly es ‘el vestido de novia’ de todos los tiempos. Y si hay alguien que de verdad se ha inspirado en la siempre eterna Princesa de Mónaco esa ha sido su nieta.
Muchos son los entendidos que han sabido leer las referencias que Charlotte Casiraghi ha hecho a su abuela Grace Kelly a través de los dos looks que llevó en su boda civil, celebrada este 1 de junio de 2019 en Mónaco.
Foto oficial de la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam (Foto ©Eric Mathon)
Grace Kelly el día de su boda civil (1959) con el vestido de novia en el que pudo inspirarse Carlota Casiraghi.
Carlota Casiraghi eligió un vestido de novia corto con tres grandes lazos de Saint Lauren.
Las primeras informaciones adjudicaron erróneamente el vestido de novia de Carlota Casiraghi a Giambattista Valli (error en el que también caímos), pero es un diseño de Anthony Vaccarello para Yves Saint Laurent: un vestido de novia corto en encaje color topo salpicado de pequeños brillos; cuello barco, manga larga, bajo festoneado y tres grandes lazos en la parte delantera. Según, podría estar inspirado en el vestido que lució Grace Kelly en su matrimonio civil en 1956, un diseño estilo ‘new look’ en encaje brocado rosa con un discreto lazo adornando el cuello. Aunque también podría ser que la novia tuviera guardada en su carpeta de Pinterest como inspiración el vestido de novia con lazos de Mabel Wisse de Bélgica, diseñado por Viktor & Rolf, ¿te imaginas? =D
Este primer look lo completó con unos salones nacarados con pulsera al tobillo, bolso tipo clutch a juego y ramo de novia tipo bouquet con rosas vainilla (que te juro se parece al que llevé yo en mi boda y era feo… Una historia por contar, mientras quédate con que es simplón).
Foto oficial de la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam (Fotos ©Félix dol-Maillot)
Grace Kelly con la gargantilla de Cartier que ha llevado Carlota Casiraghi en su boda.
Carlota Casiraghi eligió un segundo vestido de novia de alta costura de Chanel que nos recuerda al glamour del viejo Hollywood.
El segundo bridal look de Carlota Casiraghi es un diseño alta costura de Chanel. En esta elección el guiño está más en la imagen de su estilismo (con el cabello recogido en un falso bob con ondas) que recuerda al glamour del Hollywood de los años 50 del que su abuela era referente, y en la espectacular gargantilla Cartier que perteneció a Grace Kelly, un collar Art Déco de tres hilos con diamantes de corte esmeralda y brillantes. Y aunque en algunos sitios le sacan parecido a un vestido blanco de escote palabra de honor drapeado que llevó la actriz en la película ‘Catch a Thief’ (1955), lo cierto es que el original escote está entre los últimos diseños de Karl Lagerfeld para la colección primavera–verano 2019 de Chanel Couture.
De esta misma colección, la penúltima firmada por el kaiser de la moda, son también los originales zapatos con un punto rockero que rompen la estética retro del look: unos botines de punta destalonados y cogidos al tobillo en color plata. El maquillaje de la novia también lo firma Chanel Beauty, mientras que sus dos peinados los realizó el estilista francés John Nollet.
Más allá de la belleza indudable que posee Carlota Casiraghi… No sé, llámame tiquismiqui… Pero le podían haber puesto un poco más de ‘intención’ a las fotos oficiales del enlace; para que cuando menos nos trasmitan ese glamour monegasco del que tanto presumen y que tanto se les presupone. Poniéndole ironía a la paradoja, es como cuando tu amiga menganita que viste hippie la tachan de desaliñada, pero el matrimonio Casiraghi–Santo Domingo “derrocha estilo boho-chic”.
Colección PV 2019 de Chanel Couture en la que se inspira el segundo look de novia de Carlota Casiraghi.
Las 8 ideas Pinterest ‘chic’ de la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam.
Una ‘boda Pinterest’ tiene dos formas de entenderse en el argot nupcial. La natural es hacer referencia a una boda super bonita y especial, digna de ser inspiración. Pero, y de forma más peyorativa, decir que un novio o una novia es Pinterest significa que quieren para su enlace todo lo que ven; tanto que terminan cayendo en clichés y/o ideas que –para los que estamos a diario hablando de bodas– están ya muy vistas. Cierto es que hemos visto muy poco, pero que no te engañen: la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam es una boda Pinterest (coloquialmente hablando).
(Abro inciso) Este post es, en parte, una crítica a la paradoja que se produce sobre la subjetividad y las etiquetas que se ponen y presuponen según quién celebra una boda. Pero también es un post que hay que leer con mucha fluidez y bien de ironía. Sin más vueltas ;D
Fotos, vía (los infiltrados) Instagram
1. El photocall de Charlotte & Dimitri.
Ni sombreros, ni pizarras, ni mostachos ni boas de colores. Vale. Pero si hay algo de lo más trillado en una boda, eso es el photocall (junto a tantas cosas más). El photocall de Charlotte & Dimitri con su tipografía (que no caligrafía o lettering) y fecha del enlace, es una gran mural con la ilustración del Casino de Montecarlo y otros edificios de la ciudad vistos desde la bahía. Una lancha con tapizado rosa hecha en cartón hacía la gracia para los novios e invitados (y las veces de atrezo) que simulaban surcar la Costa Azul.
Al photocall de tu boda le lloverán críticas, pero… ¡Eh! que este está inspirado en la estética de la Rivera Francesa de los años 50 con la que se decoró la última edición del Baile de las Rosas, cuyo diseño lo trazó el falleció Karl Lagerfeld ¡Todo un doble homenaje!.
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2. ¡Novio al agua!
Te pongo en situación: una boda y una piscina. Vamos, la típica escena de “No podían faltar los amiguetes del pueblo borrachos lanzando al novio a la piscina”… Oh no, espera. Mis disculpas y corrijo: “¡Super divertidos los hermanos de la novia, Andrea y Pierre Casiraghi, lanzando al novio a la piscina de Palacio!”. En fin.
3. Flotadores gigantes para la piscina… ¡Pin It!
Me sigo imaginando a esa Carlota ‘novia’ buscando inspiración para su boda y guardando las imágenes en su carpeta de Pinterest. Y claro, no hay imagen más recurrente en los últimos dos años que los flotadores gigantes de unicornios, flamencos y donuts…, Flotadores XXL (que aquí la talla grande si mola #sarcasmoON) en la despedida de soltera o bridal party, en la fiesta post boda y hasta en el postureo estival en la piscina.
Eugenie Niarchos, Carolina Santo Domingo, Margherita Missoni y Martin Pacanowski en el picnic de la boda.
4. De picnic en Palacio estilo ‘desenfadado chic’.
La primera de las celebraciones de la boda de Carlota y Dimitri fue un picnic en los jardines del Palais Princier de Monaco. Según informa el portal Hola, y cito, “ha llamado la atención que los contrayentes hayan apostado por una celebración desenfadada en la que el menú estaba compuesto por pizzas artesanales, helados…”. ¡Me encanta! De verdad. Una slow wedding monegasca. Con sus puestecitos de comida alrededor de la piscina, grandes cojines de rayas amarillas y blancas a la sombra de los árboles (que un cojín es más confortable que una manta), los niños disfrutando del baño, invitados en el photocall… ¡Todo muy desenfadado chic!
Abogo por menos bodas rancias y más bodas así. Como la boda picnic de Gabriela y Sekou en Pontevedra, o la boda picnic de Ammama y Manu en L’Avellana (publicada en el Nº11 Tendencias de Bodas Magazine)… o la boda un domingo con paella de Lucia y Jose. Pero quizás estoy perdiendo el norte y quiero hacer muy mundana esta boda. ¡Que lo es! Así que no estaría mal que me recordada a mi misma que la boda de Carlota y Dimitri está inspirada en la época dorada de la Rivera Francesa de los años 50. Y eso es muy cool. Y muy ‘desenfadado chic’ (Voy a patentar este término, jajaja).
Fotos, vía (los infiltrados) Instagram
5. Manteles tropicales y piñas (sin langostinos).
El picnic del mediodía se decoró con arreglos florales con piñas y flores de colores. Si señores, piñas que eso es muy trendy en el Principado. Los manteles, siguiendo la paleta de colores obvia, eran amarillos, naranjas y blancos… con estampados de piñas. Sombrillas blancas para resguardar del sol las mesas y sillas tijeras de madera. Tu y yo lo describiríamos como estilo tropical… pero no tontina, que es estilo ‘Montecarlo beach–chic’ ¡Qué poco nos enteramos! (#modoironiaON) jajaja.
En la noche los novios ofrecieron una cena en Villa La Vigie, desde cuya terraza y balaustrada se hizo la segunda foto oficial de la pareja. ¿Adivinas cómo era la mantelería? Sí, de estampado tropical. Como la de las últimas cien mil bodas en todo el mundo y como el que encontrarás –de verdad– en el catálogo de cualquier empresa de hostelería que esté al día de las tendencias, aunque esta sea de hace tres temporadas ya. El resto de la decoración de las mesas era estilo ‘Montecarlo glam’ con elegantes arreglos en blanco y verde con flores como peonías, hortensias, rosas o margaritas.
Quizás los novios se llaman entre ellos ‘pineapple’, o sean los amigos quienes les digan así de forma cariñosa. Me quedará la duda siempre. Pero las piñas vuelven a aparecer en forma de muñecos novios piña gigantes chic (que ríete tú luego de los muñecos gigantes de la boda The Ferragnez). Estos Charlotte & Dimitri pineapple han sido vistos en el Yacht Club de Mónaco, donde por lo visto se dieron cita los invitados o sencillamente coincidió la peña porque es lo que se hace los domingos en Montecarlo. Ni idea, pero ahí está la foto.
6. No a las invitadas con gafas de sol…
Hasta que te llamas Carolina de Mónaco, Matilde Borromeo, Luisa Beccaria, Ekaterina de Hannover, Margherita Missoni, Tatiana Santo Domingo y demás chicas del bridal squad, y vayas de boda desenfadada–chic–congafasdesol a Palacio. Aquí ya la sentencia máxima de muchas voces influyentes del mundillo nupcial se difumina. Lo de “olvida las gafas de sol en casa” siempre debe ser una recomendación y elección, y si no que se lo digan a las de arriba.
Fotos, vía (los infiltrados) Instagram
7. Invitación con ilustración y logo de los novios.
Una invitación con una bonita ilustración nunca va a ser igual a una invitación con una foto (mal tomada) de los novios. En esto estoy de acuerdo. Las ilustraciones personalizadas siempre han sido una idea con estilo en la papelería de boda, y la elección de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam para sus invitaciones, protagonizada por una ilustración de cada uno. Como curiosidad, se puede leer en el enunciado que son exclusivamente las madres de los novios, S.A.R la Princesa de Mónaco y Madame Carole Bouquet, quienes invitan al enlace.
Otro detalle que se aprecia en la invitación, y que está también en muchísimas de las invitaciones de cualquier otro enlace, es el anagrama con las iniciales de los novios dentro de una corona de hojas olivos… Que es muy Rivera Mix–chic… No nos olvidemos del adjetivo preferido para hablar de los Grimaldi, que todo lo que hacen es chic. Pero a ti ni se te ocurra hacer el punto 4 o 6, que horteradas las justas que te luego te vetan =P
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8. Música en vivo y móviles en mano.
Alessandro Ristori & The Portofinos se encargaron de montar el guateque chic en la fiesta del mediodía, montados sobre un escenario decorado a modo de yate. En la noche, turno para MC Solaar y The Kooks, cuyos vídeos filtrados por los propios invitados, muestran como Carlota junto a su madre Carolina, sus hermanos, cuñadas y niños de la familia bailan y cantan en primera fila, mientras el resto tan sólo saca el móvil para grabar. ¡Mal, muy mal por los invitados así!, ya sean todo lo socialité que quieras o los amigos del pueblo, y aun y cuando gracias a sus filtraciones podemos estar cotilleando en los entresijos de esta royal wedding. Las bodas son para disfrutarlas, sin grabar.
Ellos lo llaman «picnic chic en Palacio».
Nosotros, una fiesta en la piscina.
Recapitulando. Carlota y Dimitri –ya me permito tutearlos– celebraron su boda con dos fiestas por todo lo alto (de las colinas de Mónaco). En la mañana un picnic desenfadado–chic inspirado en el ‘Montecarlo beach–chic’ de los años 50, o lo que es lo mismo: una fiesta en la piscina. Y en la noche, una cena digna del glamour monegasco inspiración ‘Rivera mix–chic’. Es decir, olivos, palmeras, rosas y toda la vegetación del principado bien batida y con estilo gracias a la mano experta de la empresa que organizó el enlace. Y no me puedo olvidar de lo que voy a llamar el estilo royal–kitsch: ¡Los novios piñas gigantes! Pin It!