¿No te parece que viendo el vestido de Pronovias con el que Cristina Pedroche ha dado las campanadas de Antena3, el famoso vestido negro de Charo Ruiz Ibiza del año pasado se ha quedado en anécdota?… ¿No tienes la sensación de que se exageró con las transparencias de aquel vestido, más viendo el (fabuloso) naked dress dorado de este año?… ¿No crees que ha sido ridícula la polémica que se montó y la que se está montando?…
¡Pues a mí sí!
Más aún, me parece necio que se siga produciendo un ‘debate’ nacional porque salga una mujer vestida con transparencias en televisión (2015). Parece que no hemos superado ni el pecho de Sabrina (1987) ni el vestido con escotazo de Rocío Jurado (1974); y mira que este último consiguió superar la censura imperante de la época. Parece que aún seguimos sin aceptar que una mujer pueda ser insinuante con su cuerpo sin que por ello tenga que sentirse culpable, atacada, puta o responsable de nada.
Y voy más allá, porque como mujer también me ofende la ligereza de ese otro debate que tacha de machista el mostrar nuestro cuerpo, alegando siempre la cosificación sexualizada de la mujer o a la supuesta falta de libertad que tenemos a la hora de ponernos lo que nos dé la gana (cuándo, cómo y por el motivo que nos dé la gana) ya que siempre estamos ‘manipuladas’ por el patriarcado. Se ve –y aquí tiro de ironía– que en pleno siglo XIX seguimos sin tener criterio o albedrío. Y con esto me refiero a en ESTE artículo de opinión firmado por la tuitera @barbijaputa; y es que al final, como siempre, el dedo acusador no se dirige sobre quien cosifica o sexualiza o desmerece, sino sobre la mujer. Sobre Cristina Pedroche, en este caso.
Cristina Pedroche lució un sugerente diseño ‘naked dress’ de Pronovias.
(Foto, ©Carles Alsina cortesía de Pronovias)
Si eres mujer: si eres fea tienes que convertirte en bella, si eres guapa tienes de demostrar tu valía intelectual y profesional, si estas gorda es por descuidas tu imagen, si tienes cuerpazo eres un objeto sexual, si eres rubia eres tonta y si eres morena quizás seas una busca marido. Como sea siempre hay un prejuicio recayendo sobre nuestra imagen y feminidad, y que vienen desde la corriente más conservadora a la (supuestamente) más feminista. Me parece que, sencillamente, sigue existiendo una sociedad con mentalidad retrógrada, envidiosa y amante de un chismorreo a la que aún le escandaliza ver a una mujer luciendo su cuerpo en ciertos programas de televisión. Oye, ni que la chica haya salido desnuda. ¡Eso ya hubiera sido!, jajaja.
Y la verdad es que me resulta curioso todo este debate sobre el vestido con transparencias de Cristina Pedroche. Quiero decir, no me extraña que a mi abuela le horrorice o que la vecina del cuarto la critique lo más grande, pero sí me resulta paradójico que prensa y medios de comunicación se escandalicen cuando están acostumbrados –y documentados, que para eso las hemerotecas existen– a cubrir editoriales de moda, alfombras rojas y entregas de premios en donde más de una famosa se ha plantado maravillosa luciendo toda su sensualidad, feminidad y belleza envuelta en transparencias o con apenas un minivestido. Que tampoco hace falta ser hipócrita poniendo la responsabilidad sólo en Pedroche y no en censurar la actitud errada de la sociedad.
Por refrescar la memoria, el mundo se viene escandalizando con las mujeres que se han saltado las normas desde siempre. Vamos, que Cristina Pedroche en el fondo tampoco ha hecho nada novedoso. En los años 20 cualquier look de Josephine Baker era trasgresor por su sensualidad, pero también lo sería Marlene Dietrich con sus estilismos de marcado corte masculino con los que rompió estereotipos. O Rita Hayworth por –la tontería de– quitarse un guante mientras bailaba en una escena de la película Gilda de la que era protagonista.
La actriz Mae West en la película «Go West, Young Man» (1930).
(Foto, ©Donaldson Collection)
Lo del vestido con transparencias tampoco es novedad. En 1930 la actriz Mae West llevó un espectacular vestido negro de transparencias y flores (que sería referencia para muchos de diseños actuales, algunos de parecidos razonables) con el que provocaría al puritano público estadounidense de la época. Tiempos aquellos, por cierto, donde la sensualidad y sexualidad femenina estaba censurada; por si ha alguien se le ha olvidado la historia.
Más reciente también encontramos referencias de vestidos con insinuantes transparencias que son maravillosos, y con la cantante Cher como principal exponente. Ella y el diseñador Bob Mackie nos regalaron icónicos y atrevidos looks en la década de los 70 y 80. Pero la lista sigue y sigue, desde Irina Shayk en la Vanity Fair Oscar’s party con vestido negro asimétrico de Versace o la cantante Beyocé con un traslúcido vestido con estratégicos bordados joya de Givenchy en la gala MET de hace un par de años. Todas “semidesnudas” y espectaculares.
Para mí sí que puede haber un debate interesante sobre lo que lleva puesto la presentadora; pero lo veo desde una perspectiva más fashionista: ¿Acertó Cristina Pedroche con la elección de su vestido?. ¿Te ha gustado este modelo diseñado en exclusiva para ella por Hervé Moreau, director creativo de Pronovias?. ¿Habrán valido la pena las 350 horas de trabajo a mano para bordar más de 20.300 cristales tallados que lleva el vestido?. ¿Hay vestidos de novia tan insinuantes como los de Cristina Pedroche?.
Cher con sensual vestido de transparencias de Bob Mackie en la entrega de los premios Oscars (1988).
¿Puede una novia lucir un vestido con transparencias como el de Cristina Pedroche?
La respuesta rápida es sí. ¡Claro que sí!. Obviamente hay una delgada línea entre insinuar y exhibir, al igual que la hay entre el buen gusto y lo hortera, o lucir un vestido con transparencias a un desastre sin más. Aunque todo sea muy subjetivo, incluido los prejuicios; porque pensar que este tipo de vestidos sólo pueden ser sexys y sugerentes es un error. También hay transparencias románticas, bohemias y elegantes; todo dependerá del diseño.
Las transparencias en la moda nupcial llevan tiempo estando ahí. Cierto que es más fácil verlas sobre la pasarela y en editoriales que en novias reales (¡Que las hay!), pero es que, por lo general, esos diseños se ‘adaptan’ luego con forros para cubrirlas por completo o crear falsos nude. Por que sí, hay que admitir que ciertos protocolos y convencionalismos aún hacen difícil ver estas opciones tan vistosas.
Firmas como YolanCris, Zuhair Murad o la propia Pronovias llevan tiempo dejándonos propuestas de vestidos de novia con transparencias y efectos tattoo (tendencia que crea un efecto como si el tejido fuera una segunda piel). Y en cuanto a novias reales, ya hemos visto a las modelos Karmen Pedaru con un naked dress en su boda en Ibiza e Isabeli Fontana con un diseño transparente y bañador en su boda en Maldivas; dos ejemplos que pueden resultar extremos, pero así ya sabes hasta dónde puedes llegar si quieres.