Lo normal en estas fechas navideñas es quedar con amigas/os y compañeras/os de trabajo; pero cuando trabajas en el sector nupcial, el concepto de ‘compañero’ no es exactamente el que se sienta diariamente a tu lado en la oficina, sino profesionales con los que coincides a lo largo del año trabajando en (vuestras) bodas o en distintos eventos del sector y colaboraciones profesionales. Así que buscar la excusa para tomar un café, un pisco sour o lo que se precie, siempre está a la orden del día.
En esta ocasión la idea era hacer un picoteo navideño informal, pero cuando entre los asistentes –y en este caso además el anfitrión de la velada– está uno de los mejores caterings de Madrid, ese ‘picoteo’ termina siendo una deliciosa velada gastronómica. A mi frase de «pon un wedding planner en tu vida» quizás debería agregar: y un catering, como el de Cortés de Moraga cuyas propuestas de tapas y aperitivos estaban realmente exquisitas.
Fotos, cortesía ©Natalia Ibarra
El cóctel incluía propuestas de tapas vegetarianas exquisitas, como el tartar de tomate o la mini pita con berenjena.
Fotos, cortesía ©Natalia Ibarra
De un delicioso menú para un picoteo
a los perfectos aperitivos del cóctel de la boda.
Salmorejo cordobés con crujiente de ibérico.
Tosta de foie micuit con cebolla caramelizada.
Ensaladilla rusa con espuma de gamba.
Croquetas de carabinero.
Tartar de salmón con mayonesa de aguacate.
Tartar de tomate.
Gyoza de cerdo con salsa de mostaza y mango.
Mini pita de berenjena y crema de tahini.
Hamburguesa de solomillo ibérico con salsa americana.
Potito de crema de patata con carrillera glaseada.
Esponja de Baileys con crema de turrón de jijona.
Esa noche habíamos quedado sin más pretensiones, como en otras ocasiones, Silvia Gali (invitaciones), Ana y Cristina (Finca El Campillo), Natalia Ibarra (fotografía), Virginia Baldés (Cortés de Moraga catering), Cristina Rodríguez (Cristina & Co.), Eva Iglesias (Bodas Colorín Colorado), Rodolfo Mcartney (NoQuiero Agencia), y servidora (Tendencias de Bodas). Y todo estaba tan deliciosamente rico, tan bien presentado, el equipo de cocina y camareros fueron tan impecable, y Natalia que iba sacando fotos con su móvil superbonitas, que el post se iba escribiendo prácticamente bocado a bocado.
Una noche de tapeo más propia de una muy buena prueba de menú para la boda, de la que no sabría cuáles aperitivos elegir.