Se casaron el pasado mes de abril en un típico cortijo sevillano de la localidad de Carmona, y desde que vimos su boda en el Instagram de Ivo Sousa el fotógrafo de su boda, nos enamoramos de ellas: Laura D. y Laura M… ‘Las Lauras’, como las conocen todos sus allegados. Un nombre que usaron en muchos detalles de su boda (como las cervezas artesanales con etiqueta personalizada y en la papelería de la boda), y como reflejo de esas locas casualidades del amor.

Así de bonito nos lo cuentan ellas mismas: “Nos conocimos en una fiesta a la que ninguna de las dos iba a ir; y a partir de ahí surgió una bonita amistad en la que cada vez dependíamos más la una de la otra, hasta que sin darnos cuenta surgió el amor entre nosotras. Ninguna de las dos habíamos estado antes con otra mujer, por lo que lo nuestro es AMOR PURO. Siempre tuvimos claro que estábamos hecha la una para la otra, hasta tal punto de ser una: Las Laura’s”.

Fotos, cortesía ©Ivo Sousa Photography

 

El look de novia de las Lauras: vestidos de novia sofisticado, toques de color y detalles en común.


 

¿Cómo deciden qué vestido de novia llevar dos novias que comparten –además del nombre– el mismo estilo, gusto y talla al vestir?… Las anécdotas que nos han contado son muchas. Las dos se enamoraron de un vestido de novia de la misma firma, de Victoria de Vicky Martín Berrocal, pero cada una eligió su propio modelo. Durante las pruebas las asesoras de la tienda fueron sus mejores aliadas para no desvelar nada, ni por descuido, a ninguna de las dos. De hecho, tuvieron mucho cuidado al entregarles los vestidos. “Os imagináis que después de tantos meses nos cambiaran los vestidos en el último momento y al abrirlos dijéramos ‘este no es el mío’ jajaja”.

A primera vista sus estilismos son muy similares, por eso de compartir los mismos códigos estéticos y lucir el mismo estilo de sofisticado vestido de líneas rectas y cuello caja, y porque “queríamos llevar algo en común”. De ahí que coincidan en detalles como sus zapatos de novia que eligieron en colores diferentes (“Nos gustaba la idea de darle un toque de color al look”), la manicura en color rojo, el velo de tul mórbido o los maxipendientes –cada una con un diseño personalizado–. Los ramos de novia y los tocados de hojas de olivo, fue un regalo de uno de los hermanos y padrino de la boda.

Para su look de novia Laura D. eligió un vestido de novia sin mangas, adornado con preciosa pedrería y flores que bordeaba todo el cuello y el escote bajo de la espalda, y que para la ceremonia completó con una capa de tul sujeta a las hombreras. El pelo lo llevaba recogido en una coleta baja tipo ‘bubble’ adornada con una tiara de olivos y sus zapatos eran los de color azul noche. Mientras que para su look de novia Laura M. escogió un vestido de novia manga larga y de espalda velada adornada con apliques de flores en hilo y la botonadura. El cabello lo llevó en un recogido desenfadado con protagonismo de sus rizos naturales, y que adornó con una peina de flores y hojas de olivo. Sus zapatos era los de color vino tinto.

Fotos, cortesía ©Ivo Sousa Photography

Uno de mis momentos especiales fue cuando nos encontramos las dos vestidas de novia a solas (first look).
– Laura D. –

Fotos, cortesía ©Ivo Sousa Photography

 

Una ceremonia al aire libre, íntima y especial oficiada por sus propias familias y amigos.


 

Para la semana de su boda el pronóstico del tiempo daba lluvias; incluso la tarde del día antes no paraba de llover. Pero ese sábado el cielo les dio una gran tregua y lució el sol; como ellas confiesan: “Parece que lo de llevar una docena de huevos a la Iglesia de las Clarisas en Alcalá de Guadaira hizo su efecto”. Una tradición nupcial que no conocían pero que no dudaron en hacer para asegurarse su gran día al aire libre.

La entrada a la ceremonia de bodas la hicieron de forma inusual, ya que ambas entraron a la vez cogidas del brazo de sus padrinos. Minutos antes se abría la gran puerta de la finca y novias e invitados se veían emocionados por vez primera. Ellas querían algo especial e íntimo, así que fueron sus propios amigos los que oficiaron el enlace (una semana antes ya se habían casado por el Ayuntamiento), haciéndolo muy personal: “No paramos de sacar el pañuelo porque nuestras amigas y algunos familiares nos leyeron y nos dedicaron palabras tan bonitas y especiales que todos los meses de organización merecieron la pena”.

Fue una ceremonia al aire libre entre árboles de olivo, flores y albero. De fondo, uno de los pozos de la haciendo decorado con cortinas, flores y velas hacia las veces de precioso mirador y wedding backdrop. Al finalizar la ceremonia brindaron con una copa de champagne junto a todos los invitados y de ahí pasaron al patio central donde se sirvió el cóctel amenizado por música de piano y saxo en directo. “Nuestra boda nos la imaginábamos tal y como fue: una boda de día ya que se disfrutan mucho más”.

Fotos, cortesía ©Ivo Sousa Photography

 

Una gran mesa presidencial para 24 personas en medio del salón para ver a todos sus invitados, y una recena con pescaito frito y rebujito.


 

Para la decoración de la boda las Lauras eligieron una rama de olivo como hilo conductor, presentes no sólo entre los árboles de la propia finca, sino también en la papelería de la boda, en la decoración floral y en sus tocados de novia. Sobre la finca, dicen que fue un flechazo por el trato recibido por sus dueños y porque encajaba con ellas: “Empezamos el verano pasado organizando la boda y nos daban las tantas hablando en el patio central junto con unas tapitas de queso y jamón y unos tintos de verano, y terminamos en pleno invierno tomando unos anís y mantecados junto a la estufa del salón”.

El antiguo molino de la Hacienda, con su arcos y estilo rústico, hizo las veces de reformado salón de bodas. Inusual también fue la elección de las novias de poner la mesa presidencial justo en el centro del salón para poder estar en medio de todos sus invitados. Una larga mesa imperial en madera vista y para 24 comensales dio cabida a las novias, sus padrinos, sus padres, hermanos y cuñados. ¡Una gran familia sin duda! El resto de las mesas eran redondas y estaban vestidas con manteles de lino beige, centros de mesas de flores silvestres y olivo, bajo platos verdes y los detalles para los invitados sobre cada plato.

Confiesan que el preparativo que más dolor de cabeza les causó fue la elección del detalle para los invitados, que resolvieron con una gran y original idea: regalando un libro a cada uno de sus 160 invitados, personalizados con la dedicatoria a mano de ambas: “Fue un regalo diferente y muy sentimental que nos llevó muchísimo tiempo y mucha dedicación ya que nos gustaba escogerlo para cada persona diferente y dedicado. Nos pasábamos todas las tardes de los domingos escribiendo y llorando mucho”. Para la boda envolvieron los libros con tela de saco y los dejaron sobre cada plato junto a una tarjeta con el nombre del invitado haciendo las veces de marcasitio.

Su boda estuvo marcada por sorpresas varias que se dedicaron entre ellas y para sus invitados. Por ejemplo, como su enlace coincidió con la Feria Abril “para la barra libre pusimos una caravana vintage donde se sirvieron crepes, y en la recena un puesto de pescadero frito con showcooking, servidos en cartuchitos de papel y con rebujito. Y, cómo no, tuvimos un photocall real de una caseta de feria”.

Fotos, cortesía ©Ivo Sousa Photography

 

CRÉDITOS | PROVEEDORES

Ceremonia: Civil / Finca: Hacienda Medina / Catering: Delfin Delicatessen / Vestidos de novia: Victoria / Zapatos: Menbur / Alianzas: Joyería Micaela Pérez / Pendientes: Complementos Lamágora / Ramos de novia y corona flores: Fran Durán Complementos / Maquillaje: Pedro González / Peluquería: Juan Aido / Música: Aviarte audiovisuales / Vídeo: Click&Rec / Fotógrafo: Ivo Sousa.

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