La boda de Raquel y Fran es una de esas perfectas ‘slow wedding’ que maravilla con su aparente sencillez, pero que realmente está pensada y diseñada al detalle y de forma totalmente especial y personalizado. Desde la preciosa decoración floral de estilo botánica de la cena, llena de plantas y verdes, a la inusual ceremonia civil oficiada en la antigua capilla de la finca familiar que ya no está consagrada y que parecía estar engullida por el bosque gallego, cual mágico cuento de fadas y meigas, gracias a una increíble decoración silvestre. Pero vamos por partes, que esta boda organizada por Frida Kiwi y fotografiada por Graciela Vilagudin es para verla con pausa.

Celebrada al aire libre en la finca familiar del novio en la Mariña Lucense, la pareja eligió «hacer una boda de día porque suele ser una zona de niebla, pero, finalmente, pudimos hacer la boda que nos imaginamos. ¡Con la que siempre soñamos!», así lo recuerda la novia.

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

La antigua capilla se decoró como si un bosque encantado creciera en su interior, con preciosos arreglos florales y hiedras silvestres.


 

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

Durante el cóctel, decorado con diferentes bodegones de estilo mercado y bohemios rincones para sentarse, no faltaron ideas divertidas como un toro mecánico, la música con un grupo en directo, una piscina llena de flotadores gigantes (en la que acabaron metidos novios e invitados al final de la noche), baile en el jardín y bengalas iluminando el primer baile de recién casado de Raquel y Fran.

Para el banquete se instaló una gran carpa beduina en mitad del prado, como si de una verbena al aire libre se tratara con largas mesas de madera desnudas (sin mantel), sillas de bambú, vasos de cristal verde, servilletas de tela en diferentes colores y estampados, guirnaldas de flores y guirnaldas de tela y cintas de foil metalizadas colgando sobre las mesas y una decoración floral estilo botánica, con una hilera de plantas, hiedras y follajes verdes a modo de camino de mesa.

Al caer la noche, las cientos de luces tipo verbena iluminaron la boda.

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

Tipo verbena, al aire libre y con una decoración botánica, así celebraron Raquel y Fran la boda «¡con la que siempre soñamos!».


 

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

Me encanta cuando la pareja me resume su historia de amor diciendo: «Nos conocimos y nos elegimos siendo muy jóvenes. Siempre supimos que llegaría el momento en el que daríamos este paso porque solo nos lo imaginamos el uno con el otro».

Para su look de novia Raquel eligió el atelier gallego de Sara Lage quien le confección a medida un vestido de novia romántico y effortless. Un diseño de estilo camisero y una doble falda, en el que destaca el canesú y la falda interior con detalles bordados en hilo de color rosa. El original ramo de novia circular silvestre fue uno de los complementos que destaca de su estilismo, junto a sus inusuales zapatos de novia, un modelo peep toes en rosa con tiras negras.

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

Fotos, cortesía ©Graciela Vilagudin

 

CRÉDITOS | PROVEEDORES

Ceremonia: Civil / Espacio: Finca privada / Wedding planner: Frida Kiwi / Catering: Josmaga / Decoración floral: In Bloom / Invitaciones: Crispita / Vestido de novia: Sara Lage / Zapatos: Pura López / Maestro de ceremonia: Luz Verde / Música en directo: Los Mecánicos / Música DJ: Mas Music / Vídeo: Lobos Vídeo / Fotografía: Graciela Vilagudin.

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