#gowiththeflow_wedding es una de esas bodas marcadas por el destino, y por ese amor que no entiende de barreras ni distancias, sino que sencillamente fluye. Pero empecemos por el principio este amor de película, que se remonta al año 2013 cuando Patri viajó a Sudáfrica. Una de sus mejores amigas se había mudado hasta el áfrica austral y ésta no dudó en ir a visitarla. Allí conoció al bioquímico alemán compañero de trabajo de su amiga. “Daniel no hablaba ni papa de español y yo no hablaba nada de inglés, y mucho menos de alemán. Resulta increíble cómo al eliminar las palabras de la ecuación, de alguna manera, todo es mucho más fácil de entender, mucho más puro”, nos cuenta Patri.
Tras días de safari por el Kruger National Park, excursiones, fiesta en Ciudad del Cabo y amaneceres en la ‘farm’ (y una química, feeling y chipas más que evidentes), llegó el tiempo de regresar a España y dar paso a la siguiente fase donde “¡Google Translate fue mi nuevo mejor amigo!”. Tras varias semanas y horas de conversaciones llegó el primer “SI” de la pareja, «en donde el corazón le ganó la batalla a la cabeza»: Daniel decide comprar un billete de avión a España y Patri apuntarse a clases de inglés. A partir de aquí empezó una aventura de cinco años de relación a distancia. Primero España–Sudáfrica (“una prueba durísima”, recuerda la novia) y luego España–Alemania, a donde volvió Daniel por amor.
De despedirse de Daniel en África pensando que no lo volvería a ver más, a comprometerse a 2.450 metros de altitud en la isla de La Palma, a celebrar su preciosa boda en Galicia. Como la propia Patri dice: “Algo así solo se supera con mucho ‘flow’ (de ahí el eslogan de la boda). Es decir, dejando que las cosas se asienten, que el tiempo no consuma la relación y teniendo mucha paciencia. En definitiva: fluyendo”.
Fotos, cortesía ©Rosalison
“África siempre con nosotros”, incluso en sus alianzas en plata y madera de ébano, un diseño de los novios creado por un artesano asturiano.
Para su look de novia Patri se decantó por un vestido de novia fluido de manga corta y escote pico confeccionado en satén color champán y cubierto por un fino tul de seda rosa palo, con unas grandes flores bordadas en gasa y pedrería que adornaban exquisitamente el cuerpo y escote del vestido. La propia Patri se encargó de diseñarlo “y las maravillosas manos de la modista y amiga Marisa García lo confeccionaron”. Siempre tuvo claro cómo quería su vestido y que no quería casarse de blanco, de ahí que hasta sus zapatos de novia (unas preciosas mule abotinadas con original tacón de plata brillante) también fueran en color rosa.
El tocado y el ramo de novia fueron una creación de la propia Patri, fundadora de la firma de complementos Lulabi Handmade Flowers; para los que no dudó en utilizar trozos de tela de su propio vestido y kimono. El sencillo tocado lo elaboró a partir del bordado que llevaba el tul del vestido; mientras que el original ramo de novia llevada flores de tela hechas a mano imitando peonías, magnolios y rosas con centros de piedras de lava volcánica compradas en su viaje de La Palma y cuentas de cristal reciclado traídas de África. Para completar su bridal look: unos pendientes de oro rosa y amazonita color turquesa, y su alianza de boda en plata y madera de ébano confeccionadas por un artesano asturiano a partir del diseño de los novios.
Por su parte Daniel llevó un look de novio flowy, con traje de color azul, camisa blanca sin gemelos, prendido hecho a mano por Patri (a juego con su ramo) y su alianza de boda.
Fotos, cortesía ©Rosalison
Una boda inspirada en África y celebrada en Galicia bajo un cielo de estrellas alemanas.
Patri y Daniel tuvieron desde el principio varias ideas claras: Que celebrarían su boda en la finca familiar donde tantos veranos y fiestas habían disfrutado. Que las wedding planner Minnesota Garden serían las elegidas para organizar la #gowiththeflow_wedding. Y que África sería la inspiración de la boda, pero sin llegar a caer en una boda temática. Como recuerda Patri: “Desde que los invitados llegaban a la finca y se encontraban esos imponentes tipis, con sus mesas maravillosamente vestidas, hasta el último rincón de la ceremonia y los centros de flores decorados con proteas, recordaban a África”.
120 invitados de 10 nacionalidades diferentes y 3 idiomas oficiales (a los que se tradujeron hasta los discursos) se dieron cita en Galicia para disfrutar de esta perfecta slow wedding. Incluso se habilitó un camping en la finca para los invitados llegados en autocaravanas. El día de la boda una sangría fresquita daba la bienvenida e invitada a disfrutar de la preciosa ceremonia de bodas que esperaba al cobijo de cuatro grandes abetos y bajo un mágico cielo de estrellas. Los novios querían hacer un guiño a la cultura alemana y encontraron la idea perfecta en estos farolillos de papel con forma estrellas de colores que en Alemania se suelen utilizar en las casas por Navidad. El resultado de la decoración y el entorno fue una ceremonia única y especial.
Fotos, cortesía ©Rosalison
Del cóctel al aire libre sorprendido por una granizada, a la cena bajo tipis que recordaban las tiendas de un safari africano.
Para el cóctel novios e invitados se desplazaron hasta la zona de la piscina donde su ubicaron distintas ‘Pincherías’. Una divertida palabra que Daniel se inventó mientras aprendía español y que hace referencia al ir de tapas y comer pinchos, su actividad favorita cuando está en España. Empanada de zamburiñas, quesos recién cortados y una pulpería fueron algunos de los food corners o ‘pincherías’ con comida típica gallega que se colocaron. Otra idea diferente en cuanto a comida y bebida de la boda fue un bufé con cafés del mundo que se sirvió tras la cena, con tres variedades: café de Kenya, de Etiopia y un descafeinado de Colombia.
El cóctel al aire libre, con esa hermosa tarde de verano del que disfrutaba, se vió sorprendido por una gran granizada, que lejos de mermar el ánimo de novios e invitados, se convirtió en la anécdota de la jornada. «Absolutamente todos los invitados nos calamos hasta los huesos sin remedio. Pero todo fueron risas y anécdotas. Sacamos todas las toallas de la casa, secadores y un cañón de calor que nos facilitó el catering. Con él nos secamos… ¡y siguió la fiesta hasta la madrugada!”
Tanto la cena como la fiesta se realizaron bajo dos grandes tipis que recordaban a las tiendas de un safari, y que se decoraron con alfombras, pufs traídos de marruecos, sofás de rafia, guirnaldas de borlas, baúles antiguos propiedad de la familia de la novia y cojines étnicos por todas partes. El seating plan se colocó sobre uno de los muebles de la casa, y estaba formado por campanas de cristal con tarjetones con ilustraciones de distintos animales africanos, el nombre de los invitados y el número de cada mesa.
Para la decoración de las mesas se utilizaron manteles étnicos, bajoplatos de mimbre, copas en color ámbar y centros de flores con proteas, hojas de palmera y mostera; y sobre cada asiento se dejó como regalo una corona de flores para las mujeres, y un prendido a juego hecho a mano para los hombres. Como curiosidad, los novios prescindieron de la mesa presidencial y se sentaron en una mesa sólo para dos.
Fotos, cortesía ©Rosalison
De la banda sonora de ‘Menorías del África’ en la ceremonia al Festival de Eurovisión, la música jugó un papel especial en la boda del flow
Terminada la cena: ¡CONCIERTO! La música en directo puso a todos a bailar a ritmo de los 60’s, 70’s y 80’s con versiones a cargo del grupo Ourensano ‘Etiqueta Negra: Old band Music’, del que el padre y el tío de la novia son miembros y fundadores. Patri no dudó en subir a cantar junto a su padre, además de sorprender a Daniel –y a todos los invitados– cantándole “Hold On” de Michael Bublé. Un momento muy emotivo que recuerdan con cariño.
Tras el concierto comenzó el particular Festival de Eurovisión de la boda de Patri y Daniel, en la que participaron todos los asistentes. Una idea muy divertida que además permitió integrar a los invitados entre sí salvando la barrera de los idiomas. Como cuenta Patri sobre este singular festival: “Los invitados, mezclados entre ellos al azar, debían unir sus fuerzas para animar (hasta la extenuación) al país que les hubiera tocado. Competían España, Alemania, Reino Unido e Italia y ganaba el equipo que más fuerte, con más ganas y de la forma más original animara a su país. ¡Éxito total! Y por cierto… ganó Italia”. Pero este no sería el último performance de la noche, ya que la familia del novio les tenía preparada una bonita sorpresa interpretando la historia de amor de Patri y Daniel con marionetas hechas por ellos, mientras sonaba la canción “In the jungle the mighty jungle” de los Beach Boys.
La fiesta continuó hasta altas horas de la mañana en el mismo sitio donde empezó: bajo un cielo de estrellas que lucían con sus mil colores. Y al día siguiente continuó con “lo que aquí se llama refestexo” y a la que se unieron casi la mitad de los invitados “con los que pudimos recordar ese día tan increíble y ver juntos la final del mundial… a la que afortunadamente no llegaron ni España ni Alemania, jaja”.
Fotos, cortesía ©Rosalison
CRÉDITOS | PROVEEDORES
Ceremonia: Civil / Localización: Finca O Picoutiño / Wedding planner y decoración: Minnesota Garden / Catering: Xantares / Buffet de cafés: El Portal Azul / Carpas: Tipichic / Ramo de novia y prendido: Lulabi Handmade Flowers / Maquillaje y peluquería: Ávalo Estilismo / Alianzas: Adam Ballester / Pendientes novia: Mónica Vinader / Tocado: Lulabi Handmade Flowers / Música en directo: Etiqueta Negra-Old Band Music / DJ: AmenizA Music / Fotografía: Rosalison.