El enlace de la diseñadora Laura Pons y el empresario Francisco Gordillo es una de las bodas del momento en el panorama social español, con invitados como Rafael Martos y Amalia Bono, Maria Zurita o Fiona Ferrer, entre otros; y también es una de las bodas más bonita del verano gracias a su colorida decoración con el ikat lenguas mallorquinas como inspiración y a una novia muy auténtica, con un bridal look muy personal.

En su blog Fiona Ferrer dijo sobre la boda: «De esta boda cada vez me queda más claro que son los detalles los que marcan la diferencia, y que se deben de celebrar las cosas sin olvidarnos de quienes somos». Una reflexión que suscribo totalmente y que ha de quedar de consejo para todas las futuras parejas. En la organización de su boda Laura Pons (fundadora de la firma de bolsos Claudine Handbags) no sólo no se olvidó de sus raíces, sino que también supo realzarlas con buen gusto.

Fotos vía Instagram, Laura Pons ©lauraponsgc y Andrés Cortés ©andrescortesoficial

 

La boda se celebró en Mallorca, tierra natal de la novia. Hasta allí llegó el diseñador de eventos colombiano Andrés Cortes encargado de idear esta maravillosa y colorida decoración de estilo mediterráneo celebrada al aire libre en los jardines de la finca Biniorella (Camp de Mar), repleta de bucólicos bodegones y rincones con sinfín de flores, margaritas blancas, ramas de olivo, frutas (limones, naranjas, granadas), cestos de esparto y botijos de barro.

El estilo de estos bodegones se replicó también en los arreglos de los centros de mesas, donde la explosión de color destacaba aún más. Las mesas largas de madera vista (sin mantel) y las mesas redondas con mantel de lino se completaron con cristalería y copas de distintos colores, vajilla cerámica en blanco y azul alternándose, bajoplatos de cristal y –las estrellas de la decoración de las mesas– servilletas de tela de lenguas mallorquina, un tejido típico de la isla.

Fotos vía Instagram, Laura Pons ©lauraponsgc y Andrés Cortés ©andrescortesoficial

 

Como curiosidad de la boda, y acorde con el hilo conductor tradicional mallorquín de la boda, todo el staff de camareros iba vestidos de payeses. Sin duda, una boda que no se guía por las tendencias e influencias nupciales del momento, sino por el gusto personal de la novia y las ganas de hacer algo sencillo, emotivo, especial, tradicional y único. Unas cualidades que Laura Pons también supo trasladar a su look de novia.

Su vestido de novia es un claro reflejo de su elegancia y estilo. Un diseño exclusivo de Alvarno de silueta clásica ciñendo la figura y acabada en cola, manga larga y cuello tipo camisa en tamaña XL. La parte del cuerpo y los puños del vestido estaba decorado con perlas irregulares bordados con efecto degradado. De complementos a su sofisticado estilismo, Laura optó por un original tocado birdcage veil de Tolentino Hats, abanico de encaje blanco y un bucólico ramo de novia de manzanillas.

Fotos vía Instagram, Laura Pons ©lauraponsgc y Bibiana Fierro @bibianafierrophoto
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