Tenemos por costumbre creer que hay que celebrar una boda dentro de una horquilla temporal, la cual, normalmente, suele ir desde el mes de mayo hasta el mes de octubre. La conocida ‘temporada de bodas’, culpa quizás de nuestro excepcional clima que en verano nos vaya con largas horas de sol. Pero ¿qué ocurre con el resto de los meses?. ¿Nos olvidamos de ellos sin más?. ¿O acaso no son tan válidos también para casarnos?.

Y nada más lejos de la realidad, y nada más simple que ese pensamiento, tan a mi pesar, generalizado. En Tendencias de Bodas ensalzamos las slow weddings y te animamos a ser diferente, a arriesgar para ganar y, por supuesto, de hacer de tu boda eso mismo: tú boda, con firma y personalidad propia. Por eso, ¿Y si nos casamos en invierno?. ¿Por qué no?. 

Pocas cosas más personales y auténticas que una novia de invierno, cual reina de las nieves. Nada más romántico y especial que una boda con frío, debajo de un manto de niebla espectacular, que obsequie a los novios el ambiente más mágico que jamás hayan imaginado. Porque una boda en invierno puede ser un verdadero sueño.

Fotos, cortesía ©Pablo Begléz

 

Look invitada de boda de Miss Cavallier / Foto, cortesía ©Padilla & Rigau

 

Te diré cómo imagino esa boda de invierno.


 

Imagino una boda invernal con frío, mucho frío, pero al calor de un buen hogar (sí, incluso en una boda) y al fondo la sierra con sus cumbres nevadas. Largas mesas en madera vista o vestidas de blanco para dejar resaltar los centros de mesas en acebo, ramas de eucalipto o con flores cual bosque encantado. También adornos con flor del cardo o pampas grass como únicas protagonistas. Y velas, muchas velas, cientos de velas de todos los tamaños y por todas partes junto a pequeñas bombillas para la iluminación para conseguir un ambiente aún más cálido y acogedor.

Imagino una novia invernal con larga capa cual reina de las nieves y jersey de lana cashmere; zapatos de terciopelo o preciosos botines de encaje, largos guantes y joyas en oro blanco y diamantes. Una novia más ‘blanco novia’ que nunca, o en matices marfil, dejando el color bien para los complementos o para el ramo de novia, bucólico e invernal. Rosa empolvado, borgoñas, rojos, naranjas, verdes oscuros, grises, azul petróleo y demás matices fríos serán esa perfecta paleta de colores con la que teñir el invierno.

Decoración de boda de Bodas Colorín y Elena Suárez & Co. / Foto, ©Dos más en la mesa

 

Look de novia de invierno de Margaux Tardits.

 

Ramo de novia de Studio Floral / Estilismo de Fresh and Wood / Foto, ©AimeeK

 

Imagino una invitada de invierno con abrigos y estolas de piel (sintética) para la ceremonia; estampados de tartán, pata de gallo, terciopelos y reflejos brillantes en elegantes vestidos con medias tupidas, largos guantes y pequeños tocados.

También imagino a las niñas de arras con sus vestidos de manga francesa en velvetón o ‘toile de jouy’ y detalles en puntilla, y sobre ellos sus pequeñas capas y capelinas para protegerlas del frío invierno. Coronas de flores o bonitas capotas, calcetines largos o leotardos a elección y las clásicas merceditas o unas originales botas de agua (con las que también irán perfectas) serán los accesorios finales para dar forma a unos looks cual cuento de invierno.

Vestido de novia y capa de L’Arca Barcelona / Estilismo, Fresh and Wood / Foto, ©The Northern Girl

 

Estilismo de Fresh and Wood / Flores de Studio Floral / Foto, ©3 deseos y medio

 

Vestido para niña de arras de Atelier La Nonna / Foto, ©Patricia Semir

 

Imagino muchas ideas para celebrar una inolvidable boda de invierno.
Y tú, ¿cómo la imaginas?.

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