Como tantas parejas que tenían pensando casarse en el año 2020, la COVID-19 les cambió, a menos de dos semanas para su boda, toda la realidad a Lara y Cristina. Aún así, supieron devolverle la bofetada a la pandemia encontrando la forma de continuar con su boda en pleno confinamiento: Un «Sí quiero» desde casa, en pijama, junto a sus mascotas y con una ceremonia retrasmitida en directo desde Instagram.
El 31 de mayo de 2021 fue finalmente la fecha en la que celebraron el segundo acto de su peculiar enlace. Una boda íntima ante 40 invitados celebrada en Asturias, tras varios cambios de planes y con lo que las restricciones sanitarias les permitió hacer. Como me confesaba Lara: «Al final, después de pasar una pandemia, ya no te importa tanto cómo va a ser, sino conseguir hacerlo». Aún así, esa boda tipo verbena, con cóctel, fiesta desde terminar la ceremonia hasta el amanecer, con mucha música y pasando totalmente de protocolos (ya que como fotógrafas profesionales que son, han vivido «muchas bodas y queríamos que fuese un día para divertirnos y para disfrutar»), que habían imaginado inicialmente ‘apenas’ sufrió algunos cambios.
Fotos, cortesía ©People Producciones
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«Al final, después de pasar una pandemia, ya no te importa tanto cómo va a ser (la boda), sino conseguir hacerla»
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Personalmente creo que su concepto y filosofía de boda se mantuvo intacta –y ellas también, lo sé–, no así su idea de decoración y lugar de celebración inicial. «Por el COVID tuvimos que elegir un nuevo espacio más amplio que nos hiciese sentir seguras a nosotras y a nuestros invitados», además de servir el cóctel en mesa y celebrar una boda de día. Como inspiración tomaron las bodas de la Toscana, con una gran plaza central en la que disfrutar al aire libre de la compañía de los suyos y de la música en directo que no dejó de sonar.
Me encanta que durante la ceremonia Lara y Cris estuvieron sentadas mirando hacia los invitados, en un escenario o ‘wedding backdrop’ bohemio en tonos neutros y acento rojo (naranja, en el caso de la decoración de las mesas que mantenían la paleta de color principal). Este fue uno de sus momento más especiales: «Después de tantas fechas. Después de una pandemia tan dura. Sentir que estábamos todos allí y que por fin era el día de celebrarlo con toda nuestra gente fue alucinante y super emotivo. Reímos y lloramos a partes iguales». Para su salida como recién casadas eligieron “Isla morenita” de Carlos Sadness, la misma canción que sonó en su primera boda en confinamiento. «Fue como cerrar un círculo y cerrarlo además de la mejor manera».
De la historia de amor de Lara y Cristina me encanta como ellas mismas la cuenta: «Somos Cris y Lara, y llevamos siéndolo desde el 2010. Nos conocimos muy jóvenes, pero no supimos que nos queríamos hasta un poquito más tarde. Pasamos por muchas fases, igual por eso de que primero teníamos que entender que nos podíamos gustar. Una nochevieja Cris decidió que ya era el momento de dejarse de tonterías y desde esa noche no nos hemos separado».
Fotos, cortesía ©People Producciones
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El día de su boda eligieron hacer los preparativos juntas en un hotel boutique de estilo indiano de la pequeña localidad de Salinas (Asturias). Para sus looks de novia ambas tenían claro que vestirían de la firma nupcial Otaduy, por su estilo menos convencional. Lara inicialmente sabía lo que quería, pero, como suele pasarles a muchas bride-to-be, al final nada le convencía; «así que abrí la mente y me probé ese vestido dos piezas (con falda de abertura lateral y botonadura y crop top a juego) y voilá, era mi vestido». Cristina dio más vueltas, en parte por indecisión (15 días antes de la boda volvió a la boutique Vintage Bodas para probarse nuevas opciones) y en parte por los cambios de fecha, hasta dar con su bridal look, un conjunto con top de lentejuelas y falda más romántica.
Son muchos los momentos que atesoran Lara y Cris del día de su –segunda– boda, donde volvieron a estar acompañadas de su mascota quien no se separó de ellas en ningún momento durante la ceremonia (y que iba ideal con un collar de paniculata). No obstante, recuerdan con especial énfasis su sesión de fotos de pareja. «Las dos solas, por fin, vestidas de novias. Fue un momento muy emocionante y especial, donde nos sentimos super a gusto y disfrutamos».
Entre las ideas y detalles de la boda a destacar está el original seating plan de chupitos de licor, bajo el lema “Tómate un chupito y busca tu sitio”; el menú del cóctel escrito en una minuta gigante tipo banderín; y las acuarelas del Faro de Ortiguera (un lugar especial para ellas) pintadas por el padre de Cris que dieron como detalle para los invitados. Y, por supuesto, el detalle final que las novias no han dudado en resaltar: «¡Nuestros proveedores! Quienes después de un año de idas y venidas fueron maravillosos; remando con nosotras y siendo unos profesionales increíbles».
Fotos, cortesía ©People Producciones
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CRÉDITOS | PROVEEDORES
Número invitados: 40 / Ceremonia: Civil / Espacio: Palacio Conde de Toreno / Hotel preparativos: Alamar Surfhouse / Wedding planner: Vintage Bodas / Catering: Catering Regueiro / Mesa de postres: Ma Petite Patisserie / Carpa: Global Rent / Mantelería: A de Lola / Cartelería: Legorburu Atelier y Una casa en el árbol / Flores: Materia Botánica / Maestra de ceremonia: Oh bla blá! / Maquillaje: Personal Shopper Asturias / Peluquería: La Mona Riza / Vestidos de novia: Otaduy / Pendientes (Lara): Jdön Design / Tocado (Lara): Millaray / Música: Vintage Love Band y Okka Dj / Fotografia: People Producciones.