El mundo de las bodas está cambiando. Eso es algo que queda patente en cada boda real que compartimos en nuestro blog de bodas, donde si bien la esencia se mantiene en la gran mayoría de enlaces, muchas parejas –especialmente las llamadas millennials– han apostado trasformar o adaptar a su propio estilo ciertas costumbres y tradiciones que han marcado toda una era nupcial.
Y es que, ¿por qué no?.
Sí, por qué no se pueden cambiar, actualizar, mejorar o desterrar ciertas reglas que se presume deben seguir aplicándose; muchas de las cuales se remontan al siglo XIX y poco han cambiado desde entonces. Y no me mal intérpretes, claro que amamos las tradiciones nupciales, pero en nuestra filosofía slow wedding también tienen cabida las opciones. De hecho, la regla 4 de nuestro decálogo recuerda que: «¡Puedes elegir! Añadiendo o prescindiendo, pero siempre a tu estilo».
¿Qué costumbres se van desterrando en las bodas?. Hay que admitir que aún son pocas, pero irán apareciendo más a medida que más parejas entiendan el día de la boda como un reflejo de su personalidad y estilo de vida. Una de las que más se rompen: el baile de novios/as. No sabemos si por miedo escénico, para no ser el centro de atención o simplemente porque no les entusiasma, pero lo cierto es que muchos optan por no abrir el tradicional primer baile de recién casados. También están las parejas que optan por hacer una original coreografía sorpresa con flashmob junto a damas de honor, padrinos e invitados como cómplices bailarines.
Nosotros hemos seleccionado cinco reglas nupciales para romper, algunas como sugerencia para dar ese twist diferenciador y otras que son oficialmente tendencias; pero vosotros podéis romper o hacer vuestras las que queréis.
Escena de la película Sexo en Nueva York.
1/5. En lugar de anillo, unos Manolos para la pedida de mano.
Siempre ligada a la pedida de mano, ninguna otra joya ha levantado mayor expectación y anhelo durante generaciones como el anillo solitario de compromiso. En la retira de todos nosotros miles de escenas del novio, rodilla en piso, abriendo la pequeña caja y pronunciando: «¿Quieres casarte conmigo?»… Hasta que llegó la película ‘Sexo en Nueva York’ con una de sus escenas míticas en la que Mr. Big pide matrimonio a Carrie Bradshaw diciéndole: «¿Quién regala un anillo cuando puede regalar unos Manolos?».
Este momentazo televisivo fue una auténtica revolución en muchos sentidos, empezando por catapultar a los famosos Manolos hangisi azules al top de la lista de deseos de las futuras novias y por poner sobre la palestra la gran pregunta: ¿Hay que pedir siempre matrimonio con un anillo?. La respuesta ya la sabes, ahora sólo hay que llevarla a la práctica.
Y ya puestos a desterrar costumbres que van quedando obsoletas podríamos eliminar también, desde ya, esa perspectiva de género sobre quién es el que debe pedir matrimonio a quién en la pareja.
Vestido de novia de Javier Quintela, pasarela Sí quiero Bodabook 2016.
(Fotos, ©Sara Frost y ©Patricia Semir)
2/5. El ‘blanco novia’ ya no es tan blanco.
Muy seguro tu abuela o tu madre se lleve las manos a la cabeza cuando le confieses que estás pensando en lucir un vestido de novia a color, es decir que no será blanco. Pero es el día de tu boda y la primera regla que hay que cumplir –si no la única– es la de ser fiel a tu estilo y personalidad; y si eso pasa por renunciar al tradicional blanco de novia, pues qué le vamos a hacer. ¡Adelante!. En la actualidad no tendrás problemas para encontrar opciones, pues los vestidos de novia ya no se tiñen exclusivamente de blanco puro o blanco roto.
Hoy en día casi todas las firmas y diseñadores, nacionales e internacionales, tienen entre sus colecciones ‘bridal’ vestidos de novia donde el color es protagonista. De Vera Wang (una de las pioneras con sus diseños negros y beiges), Carolina Herrera, Naeem Khan y Zuhair Murad a Ramón Herrerías, Raquel Ferreiro, Pronovias, Immaclé o Beba’s, entre otros tantos. Y entre las posibilidades de color tienes desde vestidos de novia salpicados de colorido, a vestidos de novia rosados o en tonos azules, nude, marfil, dorado, plata… o el que te apetezca.
Foto, ©Alixann Loosle
Foto, cortesía ©Por parte de la novia
3/5. ¿No se pueden ver los novios antes del «Sí quiero»?
Parte tradición y parte superstición durante décadas muchas parejas han escuchado eso de que «el novio no puede ver a la novia antes de la boda» porque de lo contrario la mala suerte caerá sobre el futuro matrimonio. Lo cierto es que el origen de esta costumbre tiene tan poco de romántico como de mal agüero; aun así, se ha conservado y muchas parejas aguardan para verse el día de la boda camino al altar.
Por suerte, en los últimos años muchas maravillosas parejas díscolas han dado carpetazo a este concepto optando por verse antes de la ceremonia, creando así una nueva costumbre que se está imponiendo con fuerza llamada ‘first look’. Incluso, hay quienes van más allá y deciden compartir los momentos previos de sus preparativos. Dos ideas vistas en las bodas de Clara y Nacho y Xavi y Alfre.
El first look, además de romper con una tradición obsoleta para muchos modelos de parejas modernas, lleva consigo una carga emocional y de sorpresa muy especial, en un momento de lo más íntimo donde la pareja se ve, por vez primera en ese día, vestidos de novios y novias. Obviamente, este momento tan especial y espontáneo necesita de un testigo que lo inmortalice todo, así que no dudes en contarle la idea al fotógrafo de vuestra boda.
Mesa de tartas y postres de la boda de Inma y Jordi, por París Berlín wedding planner.
Fotos, cortesía ©Diez & Bordons
4/5. ¿Por qué elegir solo un pastel de boda?
Hace ya tiempo que quedó atrás la clásica tarta de boda cubierta de natas, con varios pisos colocados sobre estructuras imposibles y cortada con largas espadas. Los pasteles de boda que se llevan ahora son obras de arte en azúcar, que se estilizan y decoran con gran creatividad, ofreciendo una amplia variedad de sabores, formas y estéticas, y, sobre todo, han dejado de estar solos compartiendo su protagonismo en mesas de postres repletas de dulces, helados, golosinas y tartas variadas para que los invitados puedan elegir.
¿Por qué elegir un solo sabor de pastel cuando podemos tener todos los tipos de tartas y pasteles que queramos?. Y, además, una idea que nos gusta: que sea la propia pareja de novios/as quienes sirvan el postre a sus invitados.
Foto, ©Emily Chrisien
#editorialBeforeAfter / Maquillaje y peluquería: Oui Novias / Vestido de novia: Rime Arodaky / Sandalias: Ana Marttin / Modelo: Kasia L. para Blow Models / Fotografía, ©Padilla & Rigau para Tendencias de Bodas Magazine.
5/5. De luna de miel… ¡en casa!.
Adiós, luna de miel. Hola, staycation.
Gracias al hotel Barceló Bilbao Nervión, que está a la última en las tendencias en viajes y turismo, hemos descubierto este concepto vacacional que ha tenido su auge tras la crisis económica y las nuevas filosofías de vida que van adoptando las parejas de la generación millennial, y que bien puede tener su versión de cara a la luna de miel.
¿Vuestra boda soñada o la luna de miel de vuestras vidas?. Ninguna pareja se quiere enfrentar a un escenario dónde tener que elegir, pero lo cierto es que las circunstancias y el presupuesto de cada uno hace que las prioridades sean diferentes. Tener que posponer o renunciar al viaje de la boda no implica poder disfrutar de esos primeros días de recién casados con una staycation: pasar las vacaciones en casa y en la misma ciudad. Pero no es quedarse en casa sin más y bajo la misma rutina, no. Para que una honeymoon en casa sea un éxito hay que cumplir con tres claves:
1. Desconectar de todo (trabajo, compromisos, móvil, e-mail, etc.) y activar el modo ‘vacaciones’, tal como haríais si estuvierais en cualquier destino. Aunque sean pocos y en casa, serán vuestros días especiales.
2. Actuar como si fuerais un verdadero turista en vuestra ciudad, y aprovechad para visitar museos, teatros, restaurantes, spas, lugares emblemáticos y esos alrededores a los que nunca habéis prestado atención o habéis ido antes.
3. ¡Estáis de miniluna de miel!, así que no dejéis de tener esos detalles y planes que la harán especial: pedir comida a domicilio (servicio de habitaciones); montar un glamping en el salón para ver un maratón de vuestra serie o películas favoritas; llenar con pétalos de rosas la bañera y rodearla de velas o sorprender a tu pareja poniendo sobre la cama los típicos cisnes de toallas, muy de hotel para honeymooners (en youtube encuentras un tutorial).