Hay fecha para la próxima royal wedding, será el próximo 19 de mayo de 2018, y con motivo del anuncio del compromiso matrimonial del príncipe Enrique de Inglaterra y la actriz Meghan Markle la Casa Real ha compartido las fotografías oficiales de la pareja. Tres retratos realizados en los jardines de Frogmore House (Windsor) por el fotógrafo de moda Alexi Lubomirski, que destacan por la complicidad, la espontaneidad y la felicidad que desprenden los futuros novios y con las que se han acercado –aún más si cabe– a la opinión pública, con unas instantáneas alejadas de la protocolar y correcta imagen que siempre muestran los miembros de la Familia Real Británica.
Las románticas fotografías de este compromiso real han dado rápidamente la vuelta al mundo, analizándose minuciosamente todos los aspectos de estas. Personalmente, además de lo que ya he comentado en Instagram (lo puedes LEER AQUÍ), me quedo con la espontaneidad que muestran y espero que se mantenga así hasta el día de su boda y más.
Ya sabemos que el estricto protocolo real inglés deja poco margen al albedrío y a las muestras de afecto públicas. Si además les sumamos la presión que ejercen los tabloides y la prensa del corazón ávidas siempre de crear titulares sensacionalistas, Harry y Meghan tienen una muy difícil tarea por delante para mantener su abierta complicidad y carisma sin reglas.
Fotos, ©Alexi Lubomirski / Getty Imágenes
Cómplices, espontáneos y felices, así se muestran el Príncipe Enrique y Meghan Markle en las fotos oficiales del compromiso real.
Como cabía esperar, el estilismo elegido por Meghan Markle para su ‘engagement session’ está siendo analizado con estricta lupa. Como única joya de su look la actriz estadounidense (famosa por su papel en la serie ‘Suits’) llevó su anillo de compromiso, una preciosa sortija diseñada por el príncipe Harry en oro blanco con tres diamantes: el central, proveniente de Botsuana, un lugar con significado especial para la pareja, y dos diamantes laterales que pertenecieron a su madre, la princesa Diana. Pero es el maravilloso vestido de Ralph & Russo el que está acaparando toda la atención… ¡y críticas!. ¡A mí me encanta!.
El vestido es un diseño de dos piezas con falda de organza de seda con volantes cosidos a mano y cuerpo en tul negro con bordado de espiga en hilo de oro, de la colección alta costura otoño–invierno 2016 de Ralph & Russo. ¿El problema?… Desde mi punto de vista, ninguno. Va fantástica. Pero, para algunos su elección no ha sido acertada para lucir durante un anuncio de compromiso real donde se deberían –en su opinión– ‘guardar’ las apariencias, formalidades y modestia. Esto último, haciendo referencia a los cerca de 60.000 euros que cuesta el vestido que para esos expertos en la realeza es un diseño más propio de una alfombra roja que de una futura princesa.
Querida Meghan: queremos más glamur, más espontaneidad y más amor sin filtro. Así que no hagas caso a la prensa (sensacionalista) del corazón ni a esas normas protocolares que se han quedado obsoletas y nada tienen que ver con una monarquía del siglo XXI. ¡Sigue siendo tú misma!.
¿Que el vestido cuesta un pastón?, bueno, quizás la prensa lo que olvida es que Meghan Markle es una mujer trabajadora con sus propios ingresos (cuando menos hasta la fecha), y que viene del mundo del cine donde es común que las grandes firmas presten sus diseños a las actrices. Pero más allá de eso… ¡Son las fotos de su compromiso!. Y todas queremos vernos impresionantes en ellas. Ya tendrá habrá tiempo para otros actos públicos que merezcan atuendos más sobrios.
Fotos, ©Alexi Lubomirski / Getty Imágenes
Vestido de la colección couture fall – winter 2016-2017 de RALPH & RUSSO.