Nunca fui muy amante de las fechas señaladas porque sí, no me gustan los estereotipos, las etiquetas, los disfraces ni las poses. Ni hablar de corazones de plástico, de rosas congeladas, de besos prefabricados, de sonrisas forzadas, de lazos artificiales o de esos bombones que nunca llegaremos a probar. Huyo de toda esa parafernalia. Pero jamás, nunca daré la espalda a la autenticidad de los que disfrutan celebrando todo, aunque no sea nada, sin importar el día o la hora. De esos a los que le da igual si es festivo o laborable, de los que no miran el calendario pero no se pierden una. Porque esto va de disfrutar de las pequeñas grandes cosas una y otra vez. Y siempre que podamos.
Nunca está de más celebrar. Lo que sea y por lo que sea. Amistad y amor, que hoy es jueves y mañana viernes, que estamos aquí y mañana no sabemos, que todo merece la pena, que las cosas pasan por algo y que si hoy se cierra una puerta, mañana se abrirán ventanas. Porque siempre hay un motivo, por pequeño que pueda parecer y si no lo hay, nos lo inventamos. Brindar y hacer de un día cualquiera, un día especial y diferente. Si es a tu lado siempre será mejor. Es bastante fácil… sólo depende de nosotros.
Además, nos sobran los motivos.
Fotos, cortesía ©Paula G. Furió
Y brindaremos por nosotros, da igual que sea con agua, sabes que no soy supersticiosa y contigo mucho menos. Nos sobran los motivos para brindar por esa amistad que nos une desde hace tiempo, por el amor que te tengo, por los besos que me das y por lo que tengo para regalar, por la sonrisa que me dibujas cada día, por tus consejos, por tu ayuda, por tu compañía incondicional, por tus enfados, por los planes que nunca haremos y por los que siempre están en la agenda. Brindar por los buenos momentos pero también por los malos que nos enseñan todo.
Brindar sin medida. Sabes que nunca fuimos muy contenidos y mucho menos en esto de las celebraciones. Brindar por eso, por nada… porque te quiero. Brindar por las personas tan maravillosas que nos rodean. Porque juntos siempre sumamos. Por lo que pasó y por lo que está por venir. Por los que sí y los que no. Brindar por el sol de invierno. Porque somos y estamos. Por lo que nunca fuimos y lo que siempre seremos.