Junio es por tradición el mes en el que la Casa Real de Suecia celebra sus faustas bodas reales, con un día señalado por encima de todos: 19 de junio, desde la boda del príncipe heredero Oskar y Josefina de Leuchtenberg en 1823, hasta la boda de los reyes Carlos Gustavo y Silvia en 1976. 30 años después, la princesa heredera Victoria ha elegido la misma fecha para darle el ‘Sí, quiero’ a Daniel Westling; otro plebeyo que pasaría a formar parte de la familia real sueca y al que seguirían el americano Christopher O’Neill, casado con la princesa Magdalena, y Sofía casada con el príncipe Carlos Felipe en la más reciente de las bodas de cuento oficiadas en el país nórdico.
Ahora que se ha celebrado la boda de Carlos Felipe de Suecia y Sofía Hellqvist, y como habrá que esperar al menos un cuarto de siglo hasta volver a vivir una swedish royal wedding, con la pequeña princesa Estelle, hoy hacemos un repaso a los vestidos de novia lucidos por las princesas suecas el día de su boda. El Christian Dior que llevó la reina Silvia, el Valentino de la princesa Magdalena o los diseños suecos de Victoria y Sofía (esta última con acento español, ya que sus encajes son del afamado taller de Jose María Ruíz). Todos, vestidos de novia que se han caracterizado por un estilo clásico y atemporal.
Fotos, ©Swedish Royal Court
SILVIA SOMMERLATH, Reina de Suecia.
Vestido, Marc Bohan para Christian Dior
19 de junio de 1976. Silvia, a diferencia de otras novias de la realeza, no se casaba con un príncipe. Ella lo hacía con un monarca reinante, al que conoció en los Juegos Olímpicos de Munich (1972). Su boda era una royal wedding en toda regla y las miradas estarían puestas, más que nunca, en esta bella plebeya de padre alemán y madre brasileña. Quizás por eso confío en la casa francesa Christian Dior el diseño de su –inolvidable– vestido de novia.
Sencillez y naturalidad definen el look de novia de Silvia de Suecia. Su vestido de novia estaba confeccionado en seda blanca, corte de línea A (con clara influencia de la moda de los setenta), manga larga y cuello alto redondeado. Como protagonista de su estilismo la –famosa e imponente– tiara camafeo que acompañó con un velo de encaje, reliquia de la familia Bernadotte (que también luciría su suegra la reina Sybilla). El velo se colocó de forma original, doblado un poco hacia atrás dejando caer parte del mismo.
La tiara camafeo la lucirían la reina Sybilla,
la reina Silvia y la princesa Victoria,
en la más reciente boda real sueca.
La ausencia de otras joyas, salvo unos pequeños pendientes de perlas, hacía más sofisticado y sencillo su look, resaltado por su indiscutible belleza. El ramo de novia blanco, en pequeña cascada, estaba formado por orquídeas, flor de cera, lirios del valle y mirto. Y como curiosidad, si te fijas en la segunda foto, la de los reyes a los pies de la escalera, verás el pañuelo que la reina ató a su mano, escondido bajo la manga.
Fotos, ©Swedish Royal Court
VICTORIA, Princesa heredera de Suecia.
Vestido, Pär Engsheden
19 de junio de 2010. Victoria de Suecia se casaba cumpliendo las traiciones familiares, y no sólo por hacerlo un 19 de junio sino, además, luciendo la tiara camafeo. Una joya única que se compone por siete camafeos diferentes, perlas y oro amarillo, cuyo legado se remonta a la emperatriz Josefina (regalo de Napoleón Bonaparte) quien se lo daría a su nieta para su boda en 1823, y que a lo largo de la historia lucirían otros miembros de la familia en sus enlaces. Victoria también llevó el velo de encaje que llevarán la reina Sofía y su madre, la reina Silvia.
Su vestido de novia, a pesar de las diferencias y su estilo más clásico, parece inspirado en la sencillez del de su madre (que a su vez se inspirada en el de las princesas Birgitta y Désirée). Una creación del diseñador sueco Pär Engsheden, el vestido está confeccionado en seda satén duquesa color crema, manga corta, cuello barco y fajín a la cintura del que salía la larga cola de 5 metros cortada de la misma forma que el velo.
El ramo de novia de la princesa Victoria llevaba
flores exóticas, flores tradicionales de Suecia
y el tradicional mirto de Sofiero.
Para completar su look de royal bride, Victoria optó por un recogido pulido con moño bajo (que parece ser el peinado oficial, ya que también lo llevaron Magdalena y Sofía), y los pendientes y pulsera del ajuar de joyas de la tiara camafeo. El ramo de novia, en cascada con forma de lágrima, se componía por flores exóticas, flores tradicionales de Suecia y mirto de Sofiero.
Fotos, ©Swedish Royal Court
MAGDALENA, Princesa de Suecia.
Vestido, Valentino
8 de junio de 2013. Con todo y su estilo clásico y atemporal, Magdalena de Suecia ‘innovó’ con su vestido, ya que a diferencia de las otras novias de la familia su vestido de novia estaba confeccionado en organza de seda y encaje chantilly color marfil. Un diseño de Maison Valentino, en escote barco velado en romántico encaje, cintura acentuada, amplia falda rematada en un volante y cola de cuatro metros de largo.
Si bien el vestido proyectaba cierta frescura, su peinado y complementos le aportaban la solemnidad y sofisticación de una novia de la realeza. De la tiara de diamantes, decorada con flores de azahar, partía un velo de organza de seda con encaje point d’esprit (plumeti). Elegante recogido de moño bajo, pulsera y pendientes de diamantes, y ramo de novia bouquet de rosas blancas, lirios y el tradicional mirto de Sofiero; una tradición –la del mirto– que se remonta a 1905 y desde entonces todas las novias de la familia real, tanto danesa como sueca, llevan mirto del arbusto original plantado por la princesa Margarita.
La princesa Margarita llevó un vestido diseñado por Valentino y uno de los más bonitos de las novias de la casa real de Suecia.
Fotos, ©Swedish Royal Court
SOFIA HELLQVIST, Princesa de Suecia.
Vestido, Ida Sjöstedt
13 de junio de 2015. Parece paradójico que cuando todos los cónyuges de la familia real sueca (incluyendo a la reina) sean plebeyos de origen, el príncipe Carlos Felipe tuviera que luchar más por el amor de la guapísima Sofía Hellqvist. Pero el amor triunfó de nuevo en esta moderna boda de cuento, y para demostrarlo los novios no dejaron de intercambiarse miradas cómplices, de esas que lo dicen todo.
Sofía lució un vestido de novia en crepe de seda con superposición de organza y encajes en tres tonos de blanco, escote en V y mangas largas de encaje. Un diseño muy sencillo y atemporal creado por la diseñadora sueca Ida Sjöstedt… Pero que contó con acento español, ya que los encajes salieron del taller madrileño de José María Ruiz. Su look fue muy romántico, con cierta discreción en las joyas, maquillaje natural, el ‘peinado oficial’ de la casa real (siendo irónica) y ramo de novia en distintos tipos de tonos rosas.
El príncipe Carlos Felipe y Sofía no dejaron
de intercambiarse miradas cómplices,
de esas que declaran todo su amor.
La tiara de diamantes y esmeralda fue un regalo de sus suegros los reyes, que acompañó apenas con unos pequeños pendientes de diamantes y un velo de tul bordado con encaje de algodón, que salía de la parte baja del moño. Complementos que aportaban discreción y sencillez a su look de novia con contrapunto de color en su ramo de novia, que se aleja de todos los anteriores en color blanco, y se llena de flores de jardín en tonos crema, rosas y coral. Ah, y con la tradicional ramita de mirto de Sofiero.
El curioso estilo de las niñas de arras.
Podría ser una anécdota, pero termina siendo muy curioso el estilo de las niñas de arras de las bodas reales de Suecia. Me explico. Vuelve al inicio de post y fíjate bien en cada boda y en sus respectivo cortejo. Desde el enlace de la reina Silvia, a la más reciente, la boda del príncipe Carlos Felipe, todas las niñas llevan trajes blancos con diseños similares al vestido de la novia. Sólo una excepción en la boda de Margartia de Suecia, que las niñas llevaban un vestido más clásico y al uso, en blanco con fajín verde agua.