Sus vestidos de novia son parte de la historia de la moda nupcial de la realeza, pero es muy seguro que no hayas oído hablar de ellos ni los encuentres en los rankings de los más emblemáticos de todos los tiempos. Listas normalmente encabezadas por la sempiterna novia Grace Kelly, princesa de Mónaco, y por Lady Di y su vestido de novia que marcó la década de los 80; dos diseños que forman parte ya de nuestro imaginario colectivo… pero no, no te hablaré de ellos.

En esta ocasión pongo el foco en cuatro vestidos de novia que me encantan y que son prácticamente unos desconocidos para el público general. Y eso que el estilo de estas royal brides –como el de la Reina Noor de Jordania (1978) o la Reina Ingrid de Dinamarca (1935)– bien podrían protagonizar looks de novias muy actuales pues son realmente preciosos e inspiradores.

Hace poco tuvo lugar la boda del príncipe Carlos Felipe de Suecia y Sofía Hellqvist, ocasión que Zalando festejó creando una infografía que repasa 100 años de las bodas reales y sus vestidos más memorables que me ha permitido descubrir curiosidades como que Christian Dior y Valentino son los diseñadores a los que más han recurrido la realeza para sus enlaces; o que, por ejemplo, el vestido de novia de Charlene Wittstock, actual princesa de Mónaco, diseñado por Giorgio Armani, estaba bordado con más de 60.000 cristales de Swarovski y lágrimas de madreperla.

Infografía de Zalando: 100 años de bodas reales y los vestidos de novia más emblemáticos.

 


Boda de la princesa Ingrid de Suecia, Reina de Dinamarca; 24 de mayo 1935.

– Ingrid de Suecia (1935), con vestido de novia de Fr. V. Tunborg & Co.

Princesa de Suecia y Reina de Dinamarca tras su boda con el –para la fecha– príncipe heredero Federico IX de Dinamarca, su vestido es un excelente ejemplo de la atemporalidad de un traje de novia. Un diseño de Fr. V. Tunborg & Co. que siguió todas las tendencias ‘modernas’ que había en la época (año 1935) y que, ochenta años después, se ha convertido en un modelo clásico y sofisticado que perfectamente podríamos encontrar en colecciones actuales que siguen los patrones de vestidos vintage años 20, 30 y 40.

De silueta recta ligeramente ceñida a la cintura, elegantes mangas largas, falda de corte al bies y cola de 6 metros de largo, el vestido de novia de la Reina Ingrid de Dinamarca estaba confeccionado en satén de seda blanca con aplicaciones de encaje veneciano que adornaban la cola. Un diseño de elegancia sobria que se apuntaba a la moda de dejar atrás los ajustadísimos corsés apostando por siluetas que siguen de forma más natural las líneas del cuerpo femenino. Para su paseo en carruaje la princesa llevó un abrigo de entretiempo estilo caftán de confección a juego con el vestido de novia.

En su bridal look destacan joyas como un collar largo de perlas de doble vuelta y un broche de diamantes con forma de margarita (regalo especial del novio); además del velo catedral de encaje veneciano colocado al estilo ‘juliet veil’ –must have de la época– junto a una corona de mirto de Sofiero, tal como marca la tradición de la Casa Real de Suecia, y una original tiara o peina de plata de la que aun no encuentro referencias. Finalmente, su gran ramo de novia de lirios blancos de tallos largos atados con distintas cintas que se dejaron colgando.

 

Boda de la Reina Noor al-Hussein de Jordania; 15 de junio 1978.

– Reina Noor de Jordania (1978), con vestido de novia de Christian Dior.

Lisa Halaby, la hermosa joven americana de ascendencia siria que pasaría a ser conocida como la Reina Noor Al-Hussein de Jordania tras casarse con el Rey Husein y convertirse así en la cuarta esposa del monarca jordano. Corrían los años 70 y muchas de las royal bride de la época recurrieron a la casa francesa Christian Dior para confeccionar su exclusivos e inolvidables vestidos de novia.

Con un estilo bucólico, naíf y juvenil, el vestido es un diseño en seda blanca con mangas 3/4 abullonadas y líneas simples (sin nada de opulencias ni convencionalismos) sobre el que destacan los detalles de vainicas que decoran escote, mangas y falda. Completando su estilismo nupcial la Reina Noor llevó un sencillo velo de tul sujeto con una diadema de flores blancas, un precioso brazalete de diamantes y un original ramo de novia alargado con orquídeas blancas y esparragueras –uno de los más bonitos que he visto–. Su maquillaje totalmente natural y su pelo suelto terminan de dar forma al estilo puro, natural y seventy de la Noor.

 

Boda de la princesa Carolina de Mónaco; 29 de junio 1978.

– Carolina de Mónaco (1978), con vestido de novia de Christian Dior.

Apenas 14 días después de la boda de la Reina Noor la maison Christian Dior entregaba otro encargo superespecial: el traje de novia de la princesa Carolina de Mónaco (de apenas 21 años) que contraería nupcias con Philippe Junot en una boda celebrada en el Principado de Mónaco ante 800 invitados y todo el pueblo monegasco de testigo.

Para su primera y gran boda real Carolina vistió un vestidos de novia de estilo bohemio seventy y falso dos piezas en blanco puro: blusa traslucida sobre top de tirantes y preciosas mangas acampadas decoradas con apliques bordados y rematado en festones, cintura ceñida con cinturón y falda amplia tipo A rematada también con festones bordados. Sin cola y sin ostentosas joyas (apenas llevaba una discreta cadena en oro blanco).

Siguiendo la estética juvenil y bohemia de su bridal look, la joven princesa optó por un maquillaje natural, pelo recogió en un moño pulido con raya al medio y un original tocado de flores blancas colocado a los laterales y del que se sujetaba el velo de tul. De mis detalles favoritos, su ramo de novia. Un pequeño bouquet de nardos con ligera forma de corazón.

 

Boda de la princesa Carolina de Mónaco; 29 de junio 1978.

– Mabel de Orange-Nassau (2004), con vestido de novia de Viktor & Rolf.

248 lazos colocados en una trama descendente, de menor a mayor tamaño y cubriendo todo el vestido hasta la cola. Así de curioso e inusual fue el vestido de novia de Mabel Wisse Smith, princesa de Orange-Nassau tras su boda con el príncipe Friso de Holanda. Un vestido que no verás en muchas listas, pero que para mi es emblemático precisamente por su singularidad y originalidad.

Este ‘royal wedding dress’ estuvo a cargo de los también holandeses Viktor & Rolf, que para mi supieron captar el personal estilo de la princesa (porque, la verdad, dudo que otra novia de la realeza se atreviera a salir del canon conservador y la corrección nupcial como ha hecho Mabel) y fusionarlo con la autenticidad, creatividad y provocación que impregnan en su alta costura.

Realizado por un equipo de cuatro personas que dedicaron más de 600 horas a su confección el vestido de novia de Mabel de Orange-Nassau era un diseño de líneas sobrias, ligero cuello barco, mangas largas y cola de poco más de 3 metros de largo que se sujetaba a la cintura. Estaba realizado en satén de duquesa champagne en contraste con los lazos blancos sobre una silueta clásica, salvo, obviamente, por la original trama de lazos en crepé de georgette.

Con tan especial traje no es de extrañar que se optara por un velo de novia corto (de varias capas de tul y sujeto con una preciosa tiara de diamantes), así no se restaba protagonismo ni ocultaban los cientos de lazos del vestido.

 


{ Royal weddings: los vestidos de novia de las princesas de Suecia }

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